2 aprile 2013

Brasil es el segundo mayor "exportador" de misioneros en todo el mundo


El fortalecimiento de la cristiandad en los países del Sur hizo de Brasil el segundo "exportador" de los misioneros en la última década, sólo superado por los evangelistas estadounidenses.

Al interpretar los datos publicados por el Centro para el Estudio del Cristianismo Global en la Universidad de Gordon-Conwell y publicado por BBC Brasil, el teólogo y profesor de Colegios EST, Roberto Zwetsch, hizo hincapié en la necesidad de controlar esta ola críticamente misionera. "¿Quién manda estos misioneros, con qué objetivos y en qué la teología de la misión basa sus acciones?"

Según Zwetsch, la proximidad lingüística y cultural es un factor que puede explicar en parte la masiva presencia de misioneros católicos y evangélicos también en las comunidades latinoamericanas en los Estados Unidos. La creciente conciencia misionera también desafía a las iglesias a participar en la misión.

La investigación dirigido por el profesor de Gordon-Conwell, Todd Johnson, encontró que 34 000 misioneros brasileños fueron enviados al extranjero en 2010, un 70% más que el año anterior. "El número de misioneros enviados por el Sur es mayor que el declive del cristianismo en Europa", dijo el académico.

Según Zwetsch, la mejora de las condiciones de vida en Brasil se refleja directamente en las iglesias, y son estimulantes, en parte, del interés en las actividades misioneras en el extranjero.

Sherron George, profesor de la EST aclaró que muchos misioneros siguen la estrategia de Pablo de "hacer tiendas", y cuando envia a una misión, garantizar su subsistencia en el ejercicio de sus empleos anteriores ya sea como médico, maestro, trabajador social, entre otros. "Otra posibilidad es la forma de asociaciones con iglesias en el hemisferio norte que colaboran en los proyectos, la financiación de la obra misional con los misioneros en otros países de América Latina", señaló.

El profesor recordó la labor de EST junto a las comunidades pobres de Mozambique por la diaconisa luterana brasileña Doraci Edinger, asesinada en 2004 por razones aún desconocidas, con la intención de señalar las dificultades de inserción misionera en otros contextos culturales, políticos y eclesiásticos.

"La misión es sobre contextualización y la inculturación, que pone de relieve la necesidad de un trabajo duro y paciente de su inserción en la cultura de acogida, sin la cual uno puede poner en peligro la proclamación del Evangelio mismo y la presencia misionera".

Antes de establecerse como "salvar al mundo", los siglos de las colonias misiones- cristiana y los muchos males que desplegaron en África, Asia y América Latina deberían ayudar a reflexionar sobre el sentido de misionero . Aprender de la historia y elegir caminos cuidadosos y abiertos a la cooperación y la comunión unos con otros pueden prevenir la propagación de cualquier tipo de mesianismo o el salvacionismo, advierte.

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